En realidad ya no se trata de
ello -¿de ello?-, sino de expulsar, de sacar de adentro –o de afuera- lo que
sea, lo que es o lo que fue, qué importa.
Es ese terror a lo gigante, a lo
aplastante, a padre, o a madre.
Es esa electricidad lo que
mantiene estos dedos de acá.
Que sea eso, que no sea nada –y esta
maldita doble negación-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario